Artículo 1º).- Créase
el Ministerio de la Mujer, la cual tendrá como función asistir al Gobernador, en el diseño,
coordinación y evaluación de las políticas, planes y programas destinados a
promover la equidad de género y procurar la eliminación de toda forma de discriminación en contra de las
mujeres. El Ministerio velará por la coordinación, consistencia y coherencia de
las políticas, planes y programas en materia de igualdad de género.
Artículo 2: Le será
ofrecida a la Primera Dama (sea esposa, cónyuge, conviviente o hija) la cartera
ministerial presente. En caso de no corresponder o ser rechazada la propuesta
será el gobernador quién designe de acuerdo a la condición constitucional de
idoneidad.
Artículo 3º).- Al
Ministerio le corresponde planificar y desarrollar, políticas y medidas
especiales destinadas a favorecer la igualdad de derechos y de oportunidades
entre hombres y mujeres, procurando eliminar toda forma de discriminación
basada en el género, la plena participación de las mujeres en los planos cultural,
político, económico y social.
Artículo 4°).- El
Ministerio tendrá las siguientes funciones y atribuciones:
a)- Proponer al Gobernador de la provincia
política, normas, planes y programas orientados a la equidad de género y a
procurar el bienestar social de la mujer y eliminar toda forma de
discriminación; coordinarlos y velar por su implementación, a fin de garantizar
el cumplimiento de sus objetivos y evaluar su aplicación.
b)- Proponer al Gobernador de la provincia
iniciativas legales, reglamentarias y administrativas en las materias de su
competencia y evaluar su aplicación.
Las implementaciones que efectúe el Ministerio
tendrán como objetivo asegurar el pleno desarrollo y autonomía de las mujeres y
su plena participación en la vida laboral, social, económica y cultural de la
provincia, y su acceso a cargos de elección popular y funciones públicas.
c)- Desarrollar políticas, planes y programas
destinados a prevenir, erradicar y sancionar cualquier tipo de violencia contra
las mujeres.
d)- Promover la igualdad entre los hombres y
las mujeres en las relaciones familiares, así como el reconocimiento de la
responsabilidad común de hombres y mujeres en cuanto a la educación, el cuidado
y el desarrollo de los hijos e hijas.
e)- Promover la incorporación de la
perspectiva de género en las políticas y planes de los diversos
Ministerios y Servicios
a nivel nacional y regional.
f)- Colaborar con organismos del sector
público, tanto de nivel provincial y municipal, y asesorarlos en la formulación de los criterios de género
que puedan ser incorporados en sus políticas y programas, evaluaciones y
procesos de planificación
g)- Establecer y
administrar un sistema de información pública sobre el cumplimiento y
aplicación de la normativa vigente sobre la violencia de género y la equidad de
género.
h)- Desarrollar estudios e investigaciones
necesarios para el cumplimiento de su objeto.
i)- Realizar procesos de capacitación de los
funcionarios públicos en materias relacionadas con las funciones encomendadas
al Ministerio, los que también podrán otorgarse a particulares.
j)- Elaborar anualmente informes sobre la
situación de la equidad de género a nivel provincial y municipal.
k)- Colaborar con las autoridades competentes
en la preparación, aprobación y desarrollo de programas de educación, promoción
y difusión de las políticas de género.
Artículo 5°).- El
Ministerio podrá proponer medidas, planes y programas de carácter temporal que
impliquen ventajas concretas para las mujeres o que prevengan o compensen las
desventajas que puedan afectarlas en los ámbitos público, político, laboral, social,
económico o cultural, con el fin de alcanzar mayor igualdad posible entre
hombres y mujeres.
Artículo 6°).- En cada
localidad de la provincia habrá una “Oficina Ministerial de la Mujer” a cargo
de un “Secretario Ministerial”, que dependerá técnica y administrativamente del
Ministerio de la Mujer, quién asesorará al Intendente, velará por la
coordinación de los programas que se desarrollen a nivel provincial y local
Artículo 7°).- Créase
el Comité Interministerial para la Igualdad de Oportunidades cuya función será
colaborar con el seguimiento de la implementación de las políticas, planes y
programas orientados a la igualdad d oportunidades entre mujeres y hombres.
El Comité estará
integrado por todos y cada uno de los ministerios y secretarias con rango
ministerial que designarán una persona a doc para tal fin.
Sin perjuicio de lo
anterior, el Ministro(a) de la Mujer, podrá invitar a participar, con derecho a
voz, a otros, funcionarios de la Administración Publica o personas de reconocida
competencia en el ámbito de las políticas de igualdad de oportunidades y de género.
El Comité establecerá,
mediante acuerdo, las normas necesarias para su funcionamiento interno y el
adecuado cumplimiento de las funciones que le son encomendadas.
La Subsecretaría de la
Mujer prestará al Comité el apoyo administrativo necesario para su
funcionamiento. El
Subsecretario será el
Secretario ejecutivo del Comité.
Artículo 8°).- El Consejo
Asesor funcionará como tal dentro de las competencias que poseía en su calidad
de Consejo Provincial de la mujer que quedará subsumido en esta área, cuya
función será prestar asesoría al Ministro en materias de igualdad de género y equidad
de oportunidades. El Consejo estará regido por la reglamentación que oficiaba
como tal en el consejo provincial de la mujer redefinido como consejo asesor.
Artículo 9: De forma.
Fundamentos.
No debemos seguir
aceptando que Mujer tenga un área subsumida en un ministerio (el consejo
provincial de la mujer depende del Ministerio de Desarrollo social) la Mujer,
es una política del estado, por no decir que la mujer es definitiva como
decididamente “La democracia”. La mujer, debe tener en Corrientes y sus
gobernantes a asumir brindarle un lugar concreto, específico, que sirva como
elemento político y simbólico.
Debemos discutir a viva
voz (al parecer es más fácil plegarse a una marcha que viene desde arriba o
estar a favor o en contra de orinar en una iglesia con las tetas al aire) la
conveniencia de crear un Ministerio de la Mujer, como existe en la República
del Paraguay del Perú y de Chile (o proyectos a doquier como en el Chaco) "Lo
personal es político", fue el lema del feminismo de los años sesenta.
Conseguido el voto femenino, no sin esfuerzo, en la mayoría de países
desarrollados, las mujeres se dan cuenta que no tienen poder. La democracia
como derecho a elegir a sus representantes no mejora su libertad efectiva, no
supone la posibilidad de acceder en igualdad de condiciones a los mismos bienes
o recursos públicos y privados. No las iguala, las sigue subordinando en la
medida en que no las convierte por sí en sujetos de decisión con capacidad de
cambiar sus condiciones de vida reales, su día a día, y no elimina la
discriminación que venían sufriendo en el plano físico, legal y simbólico. Lo
personal es político porque no se puede aislar la política, el poder de
organizar y decicidir el destino de una sociedad, de las circunstancias,
problemas y conflictos de los individuos que conviven en ella, porque
precisamente, esos conflictos, esos problemas, esas circunstancias vitales
deben ser el objeto de la política dirigida por los valores democráticos de la
igualdad, la libertad, la solidaridad, la justicia...
La política parece
flotar sobre la sociedad a la que debería servir. Ya nadie confía en la
política. O quizá ya nadie confía en quienes hacen política. Las feministas se
dieron cuenta que sus obstáculos no eran individuales o familiares sino
políticos, que su avance en la igualdad requería poder político real, poder
para cambiar de forma efectiva sus condiciones de discriminación estructural.
Pero, ¿qué ocurre
cuando las personas que representan el poder político parecen haberse
convertido en los antisistemas? Anti-sistema democrático, de libertad, de
igualdad, de dignidad.
La violencia tiene
muchas formas. Eso es algo de lo que también saben mucho las mujeres. Saben
mucho porque son mayoritariamente débiles en cualquier otra división social:
pobres, dependientes, discapacitados, inmigrantes, menores... Son la mitad más
vulnerable de todos los segmentos sociales a los que se está atacando desde el
poder con la única legitimitad del voto. Pero como ya he señalado las
desigualdades estructurales no se solucionan ejerciendo el derecho al sufragio.
A las mujeres las permitieron tras siglos de lucha ser ciudadanas, pero las
hicieron ciudadanas de segunda, como ciudadanas y ciudadanos menores de edad
parecen considerar a sus votantes los que están tomando en este momento
decisiones por ellos.
Se habla del impacto
social de los recortes, de los ajustes, de las medidas, de los rescates, como
si de un simulacro se tratase, como si no hubiese personas reales que ven
transformada y arruinada su vida con ellos. Nuestra crisis es política, no
inmobiliaria ni financiera. Porque las condiciones personales y vitales de la
gente han dejado de ser el norte de los que nos gobiernan.
Y de nuevo los pilares
más débiles de nuestra sociedad tambaleándose. Porque sólo se hacen mamografías
las mujeres, sólo las mujeres se hacen tratamientos de fertilidad, porque son
mayoría utilizando el transporte público, mayoría trabajando en el sector
público que se desmantela por momentos, porque suelen ser mujeres en su mayoría
las trabajadoras de los comedores escolares, de los servicios sociales, de las
escuelas infantiles, porque en general serán ellas las que preparen la comida
que ya no dan los colegios, porque sin residencias ni Centros de Día públicos
para cuidar a nuestros dependientes, de nuevo serán las mujeres las que asuman
esta responsabilidad colectiva, porque con un mercado de trabajo cada vez con
menos protección social tedrán como siempre que elegir entre la maternidad y la
profesión, y sin profesión dignamente remunerada sólo queda volver a relaciones
de pareja jerárquicas y dependientes, porque sin servicios públicos que cubran
las necesidades básicas de las personas, los derechos en general y la igualdad
en particular, se convierten sólo en una declaración vacía sin contenido real,
y cada persona quedará a su suerte, y la suerte será de quien se la pueda pagar
o robar, por las buenas o por las malas.
Leí una vez que la
fortaleza de una sociedad se mide por la de su pilar más débil. Porque la
sociedad es como un puente, y si se derrumba, nos caemos todos. Quizá para
levantarnos tengamos que recuperar la política de quienes nos la expropiaron,
de quienes nos quitaron la política para las personas, porque como decían las
feministas: lo personal es político. (Por la socióloga Pilar Pardo Rubio).
A
decir del filósofo Correntino Francisco Tomás González Cabañas “Sí no fuese por
todo lo que logra la mujer después que abrió la piernas, seguramente el hombre
(en este caso entendido como el género masculino) continuaría la zaga de aventuras
bélicas, como las que forjaron nuestra historia, y que de un tiempo a esta
parte, devinieron en los combates a control remoto, las simulaciones tan bien
narradas por Baudrillard, que constituyen
nuestro actual mundo post, ya ni siquiera post-moderno, sino post como apocope
de posteo, en la batalla virtual, en la que se dirimen los conflictos por tener
mayores me gusta, en esta suerte de cosificación viscosa en la que parece
sumergirse la mujer, para que el hombre crea que la somete, cuando en verdad si
quiera se pregunta si su vida de sábados y domingos de futbol y el resto de la
semana de oficina, con el crucifijo en el zaguán no constituyen una suerte de
presidio que lo resguarda de la aventura de lo incierto, de los combates de
otrora, en donde entre tanta guerra, compartía lechos con los propios, poniendo
en riesgo con ello, es decir jugándosela en los extremos del Eros y el Tanátos, la continuidad de la especie, algo que sin duda y nos
guste o no, se lo debemos a la mujer a quién el estado le debe aún un
reconocimiento que vaya más allá de un cupo que suena a gueto o corsette”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario