miércoles, 8 de noviembre de 2017

Creación del Ministerio de la Mujer (Provincia de Corrientes)

Artículo 1º).- Créase el Ministerio de la Mujer, la cual tendrá como función  asistir al Gobernador, en el diseño, coordinación y evaluación de las políticas, planes y programas destinados a promover la equidad de género y procurar la eliminación de  toda forma de discriminación en contra de las mujeres. El Ministerio velará por la coordinación, consistencia y coherencia de las políticas, planes y programas en materia de igualdad de género.
Artículo 2: Le será ofrecida a la Primera Dama (sea esposa, cónyuge, conviviente o hija) la cartera ministerial presente. En caso de no corresponder o ser rechazada la propuesta será el gobernador quién designe de acuerdo a la condición constitucional de idoneidad.
Artículo 3º).- Al Ministerio le corresponde planificar y desarrollar, políticas y medidas especiales destinadas a favorecer la igualdad de derechos y de oportunidades entre hombres y mujeres, procurando eliminar toda forma de discriminación basada en el género, la plena participación de las mujeres en los planos cultural, político, económico y social.
Artículo 4°).- El Ministerio tendrá las siguientes funciones y atribuciones:
 a)- Proponer al Gobernador de la provincia política, normas, planes y programas orientados a la equidad de género y a procurar el bienestar social de la mujer y eliminar toda forma de discriminación; coordinarlos y velar por su implementación, a fin de garantizar el cumplimiento de sus objetivos y evaluar su aplicación.
 b)- Proponer al Gobernador de la provincia iniciativas legales, reglamentarias y administrativas en las materias de su competencia y evaluar su aplicación.
 Las implementaciones que efectúe el Ministerio tendrán como objetivo asegurar el pleno desarrollo y autonomía de las mujeres y su plena participación en la vida laboral, social, económica y cultural de la provincia, y su acceso a cargos de elección popular y funciones públicas.
 c)- Desarrollar políticas, planes y programas destinados a prevenir, erradicar y sancionar cualquier tipo de violencia contra las mujeres.
 d)- Promover la igualdad entre los hombres y las mujeres en las relaciones familiares, así como el reconocimiento de la responsabilidad común de hombres y mujeres en cuanto a la educación, el cuidado y el desarrollo de los hijos e hijas.
 e)- Promover la incorporación de la perspectiva de género en las políticas y planes de los diversos
Ministerios y Servicios a nivel nacional y regional.
 f)- Colaborar con organismos del sector público, tanto de nivel provincial y municipal, y asesorarlos  en la formulación de los criterios de género que puedan ser incorporados en sus políticas y programas, evaluaciones y procesos de planificación
g)- Establecer y administrar un sistema de información pública sobre el cumplimiento y aplicación de la normativa vigente sobre la violencia de género y la equidad de género.
 h)- Desarrollar estudios e investigaciones necesarios para el cumplimiento de su objeto.
 i)- Realizar procesos de capacitación de los funcionarios públicos en materias relacionadas con las funciones encomendadas al Ministerio, los que también podrán otorgarse a particulares.
 j)- Elaborar anualmente informes sobre la situación de la equidad de género a nivel provincial y municipal.
 k)- Colaborar con las autoridades competentes en la preparación, aprobación y desarrollo de programas de educación, promoción y difusión de las políticas de género.
Artículo 5°).- El Ministerio podrá proponer medidas, planes y programas de carácter temporal que impliquen ventajas concretas para las mujeres o que prevengan o compensen las desventajas que puedan afectarlas en los ámbitos público, político, laboral, social, económico o cultural, con el fin de alcanzar mayor igualdad posible entre hombres y mujeres.
Artículo 6°).- En cada localidad de la provincia habrá una “Oficina Ministerial de la Mujer” a cargo de un “Secretario Ministerial”, que dependerá técnica y administrativamente del Ministerio de la Mujer, quién asesorará al Intendente, velará por la coordinación de los programas que se desarrollen a nivel provincial y local
Artículo 7°).- Créase el Comité Interministerial para la Igualdad de Oportunidades cuya función será colaborar con el seguimiento de la implementación de las políticas, planes y programas orientados a la igualdad d oportunidades entre mujeres y hombres.
El Comité estará integrado por todos y cada uno de los ministerios y secretarias con rango ministerial que designarán una persona a doc para tal fin.
Sin perjuicio de lo anterior, el Ministro(a) de la Mujer, podrá invitar a participar, con derecho a voz, a otros, funcionarios de la Administración Publica o personas de reconocida competencia en el ámbito de las políticas de igualdad de oportunidades y de género.
El Comité establecerá, mediante acuerdo, las normas necesarias para su funcionamiento interno y el adecuado cumplimiento de las funciones que le son encomendadas.
La Subsecretaría de la Mujer prestará al Comité el apoyo administrativo necesario para su funcionamiento. El
Subsecretario será el Secretario ejecutivo del Comité.
Artículo 8°).- El Consejo Asesor funcionará como tal dentro de las competencias que poseía en su calidad de Consejo Provincial de la mujer que quedará subsumido en esta área, cuya función será prestar asesoría al Ministro en materias de igualdad de género y equidad de oportunidades. El Consejo estará regido por la reglamentación que oficiaba como tal en el consejo provincial de la mujer redefinido como consejo asesor.
Artículo 9: De forma.

Fundamentos.
No debemos seguir aceptando que Mujer tenga un área subsumida en un ministerio (el consejo provincial de la mujer depende del Ministerio de Desarrollo social) la Mujer, es una política del estado, por no decir que la mujer es definitiva como decididamente “La democracia”. La mujer, debe tener en Corrientes y sus gobernantes a asumir brindarle un lugar concreto, específico, que sirva como elemento político y simbólico.
Debemos discutir a viva voz (al parecer es más fácil plegarse a una marcha que viene desde arriba o estar a favor o en contra de orinar en una iglesia con las tetas al aire) la conveniencia de crear un Ministerio de la Mujer, como existe en la República del Paraguay del Perú y de Chile (o proyectos a doquier como en el Chaco) "Lo personal es político", fue el lema del feminismo de los años sesenta. Conseguido el voto femenino, no sin esfuerzo, en la mayoría de países desarrollados, las mujeres se dan cuenta que no tienen poder. La democracia como derecho a elegir a sus representantes no mejora su libertad efectiva, no supone la posibilidad de acceder en igualdad de condiciones a los mismos bienes o recursos públicos y privados. No las iguala, las sigue subordinando en la medida en que no las convierte por sí en sujetos de decisión con capacidad de cambiar sus condiciones de vida reales, su día a día, y no elimina la discriminación que venían sufriendo en el plano físico, legal y simbólico. Lo personal es político porque no se puede aislar la política, el poder de organizar y decicidir el destino de una sociedad, de las circunstancias, problemas y conflictos de los individuos que conviven en ella, porque precisamente, esos conflictos, esos problemas, esas circunstancias vitales deben ser el objeto de la política dirigida por los valores democráticos de la igualdad, la libertad, la solidaridad, la justicia...

La política parece flotar sobre la sociedad a la que debería servir. Ya nadie confía en la política. O quizá ya nadie confía en quienes hacen política. Las feministas se dieron cuenta que sus obstáculos no eran individuales o familiares sino políticos, que su avance en la igualdad requería poder político real, poder para cambiar de forma efectiva sus condiciones de discriminación estructural.

Pero, ¿qué ocurre cuando las personas que representan el poder político parecen haberse convertido en los antisistemas? Anti-sistema democrático, de libertad, de igualdad, de dignidad.

La violencia tiene muchas formas. Eso es algo de lo que también saben mucho las mujeres. Saben mucho porque son mayoritariamente débiles en cualquier otra división social: pobres, dependientes, discapacitados, inmigrantes, menores... Son la mitad más vulnerable de todos los segmentos sociales a los que se está atacando desde el poder con la única legitimitad del voto. Pero como ya he señalado las desigualdades estructurales no se solucionan ejerciendo el derecho al sufragio. A las mujeres las permitieron tras siglos de lucha ser ciudadanas, pero las hicieron ciudadanas de segunda, como ciudadanas y ciudadanos menores de edad parecen considerar a sus votantes los que están tomando en este momento decisiones por ellos.

Se habla del impacto social de los recortes, de los ajustes, de las medidas, de los rescates, como si de un simulacro se tratase, como si no hubiese personas reales que ven transformada y arruinada su vida con ellos. Nuestra crisis es política, no inmobiliaria ni financiera. Porque las condiciones personales y vitales de la gente han dejado de ser el norte de los que nos gobiernan.

Y de nuevo los pilares más débiles de nuestra sociedad tambaleándose. Porque sólo se hacen mamografías las mujeres, sólo las mujeres se hacen tratamientos de fertilidad, porque son mayoría utilizando el transporte público, mayoría trabajando en el sector público que se desmantela por momentos, porque suelen ser mujeres en su mayoría las trabajadoras de los comedores escolares, de los servicios sociales, de las escuelas infantiles, porque en general serán ellas las que preparen la comida que ya no dan los colegios, porque sin residencias ni Centros de Día públicos para cuidar a nuestros dependientes, de nuevo serán las mujeres las que asuman esta responsabilidad colectiva, porque con un mercado de trabajo cada vez con menos protección social tedrán como siempre que elegir entre la maternidad y la profesión, y sin profesión dignamente remunerada sólo queda volver a relaciones de pareja jerárquicas y dependientes, porque sin servicios públicos que cubran las necesidades básicas de las personas, los derechos en general y la igualdad en particular, se convierten sólo en una declaración vacía sin contenido real, y cada persona quedará a su suerte, y la suerte será de quien se la pueda pagar o robar, por las buenas o por las malas.

Leí una vez que la fortaleza de una sociedad se mide por la de su pilar más débil. Porque la sociedad es como un puente, y si se derrumba, nos caemos todos. Quizá para levantarnos tengamos que recuperar la política de quienes nos la expropiaron, de quienes nos quitaron la política para las personas, porque como decían las feministas: lo personal es político. (Por la socióloga Pilar Pardo Rubio).
A decir del filósofo Correntino Francisco Tomás González Cabañas “Sí no fuese por todo lo que logra la mujer después que abrió la piernas, seguramente el hombre (en este caso entendido como el género masculino) continuaría la zaga de aventuras bélicas, como las que forjaron nuestra historia, y que de un tiempo a esta parte, devinieron en los combates a control remoto, las simulaciones tan bien narradas por Baudrillard, que constituyen nuestro actual mundo post, ya ni siquiera post-moderno, sino post como apocope de posteo, en la batalla virtual, en la que se dirimen los conflictos por tener mayores me gusta, en esta suerte de cosificación viscosa en la que parece sumergirse la mujer, para que el hombre crea que la somete, cuando en verdad si quiera se pregunta si su vida de sábados y domingos de futbol y el resto de la semana de oficina, con el crucifijo en el zaguán no constituyen una suerte de presidio que lo resguarda de la aventura de lo incierto, de los combates de otrora, en donde entre tanta guerra, compartía lechos con los propios, poniendo en riesgo con ello, es decir jugándosela en los extremos del Eros y el Tanátos, la continuidad de la especie, algo que sin duda y nos guste o no, se lo debemos a la mujer a quién el estado le debe aún un reconocimiento que vaya más allá de un cupo que suena a gueto o corsette”.